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Consejos para la retirada del pañal

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Ahora que ha llegado la primavera y el buen tiempo que tenemos en Almería, muchas familias se plantean comenzar a enseñar a sus hijos a controlar sus esfínteres y a guiar el paso del pañal al inodoro. Y, es que se trata de un momento ideal para iniciar este proceso, porque las prendas que se usan son más ligeras y fáciles de quitar, además de presentar un menor riesgo a resfriarse o a pasar frío cuando se producen escapes durante el tránsito de la retirada del pañal.

En psicología infantil, el control de esfínteres es un hito del desarrollo del niño. Además es muy importante dentro de la familia, ya que supone una mayor autonomía por parte del niño frente a sus padres.

Este hecho consiste en la adquisición de la capacidad de contraer y relajar los músculos de los esfínteres de la vejiga y del ano para poder expulsar sustancias de manera voluntaria. El dominio de esta capacidad depende del estado madurativo de su sistema nervioso a nivel fisiológico y cognitivo.

Como psicóloga infantil en Almería, no podemos olvidar la influencia del entorno y el estado emocional del niño ante situaciones que puedan provocarle malestar, ansiedad o estrés. Esto pueden ser cambios repentinos en la rutina o un acontecimiento que cause un impacto en el seno familiar: una separación conyugal, el nacimiento de un hermano o una mudanza.

Este hito se suele proponer como objetivo alrededor de los 2 años y medio de edad pero la retirada del pañal no se debería programar atendiendo solo a las cuestiones de logística como son el clima, la edad o la entrada al colegio. Al guiarse únicamente por estas cuestiones, muchos padres experimentan sentimientos de preocupación y de frustración cuando el niño continua necesitando pañales durante el día, y se aproxima a cumplir los 3 años o los tiene ya (lo que coincide con la entrada a preescolar y la urgencia para dejar de usar el pañal), ante esta situación es recomendable acudir al psicólogo infantil para que nos ayude.

Cada niño tiene un ritmo de desarrollo y aprendizaje diferente, por tanto, habrá niños que necesiten más tiempo que otros. Lo primero y más importante, es considerar el desarrollo madurativo de nuestro hijo y si está o no preparado para afrontar este cambio y aprendizaje en su vida. Para averiguarlo, primero tenemos que observar si cumple con las siguientes cuestiones:

  • ¿El niño puede mantener el pañal seco durante 50 minutos como mínimo? Para esto, se puede ir comprobando el pañal cada cierto tiempo.
  • ¿Se puede sentar tranquilo en el inodoro y permanecer sentado dos o tres minutos sin que esto le provoque incomodidad o miedo? Hay que asegurarse de que no tenga ningún tipo de fobia o rechazo asociado a algún elemento del váter o del baño.
  • ¿Es capaz de identificar que su pañal está sucio o mojado? ¿Nos busca o llama la atención para que le cambiemos el pañal, se queja o se revuelve incómodo?
  • ¿Puede comprender y seguir instrucciones sencillas como son: dame, guarda, siéntate, ven o mira?

 

Si el niño cumple con todos los requisitos anteriormente expuestos, ya sería momento de comenzar un programa de enseñanza.

– Primeramente, hay que tener presente que el proceso puede ser largo y que irá acompañado de varios intentos y escapes por parte del niño. Por lo tanto, es un proceso que requiere de paciencia, de tiempo y de una especial atención y dedicación.

– Es bueno iniciar el proceso ofreciendo al niño toda la información relevante acerca del uso del váter. Se pueden usar cuentos, canciones, dibujos y otro tipo de recursos. También es positivo servir de ejemplo y que los niños nos observen usar el inodoro.

– Se puede ofrecer tanto el orinal como el inodoro y comprobar dónde se siente más cómodo. Empezar con uno u otro dependerá de las preferencias del niño. En el caso de que el niño tenga dificultades para tolerar los cambios, los momentos de transición y las variaciones en la rutina, lo mejor es iniciar directamente con el váter. Así nos evitamos futuras complicaciones a la hora de pasar del orinal al inodoro.

– Si se decide por usar el inodoro, es recomendable ponerle adaptadores, fundas para la taza (para mitigar la sensación de frío) y un banquito para facilitarle el acceso y que pueda sentirse más seguro y cómodo. Es importante que el momento de ir al baño sea agradable para el niño, libre de presiones, de juicio y de estrés.

Antes de seguir explicando la manera de ayudar al niño a hacer pis en el váter, es bueno enfatizar en lo que perjudica el proceso de aprendizaje y no se debe hacer.

– En primer lugar, el uso de muchas capas de ropa, medias o ropa incómoda puede entorpecer la enseñanza. Si el niño se hace pis en la ropa no se le debe de regañar o castigar, no debemos de presionar al niño o tener prisa porque esto puede causarle frustración o rechazo. Es un error forzar al niño a usar el váter si vemos que le causa rechazo, miedo o ansiedad. Si esto pasa, es recomendable consultar con un profesional. Por último, es importante ser constantes y seguir con regularidad las rutinas y los pasos.

– Uno de los primeros pasos para iniciar el programa de aprendizaje, es ir anotando los momentos en los que suele tener ganas de hacer caca o pipí y el tiempo que transcurre entre micción y micción para poder anticiparse y preparar al niño.

Es decir, 10 minutos antes de que estimemos que el niño va a tener ganas de hacer pipí o caca, le llevamos al baño y lo sentamos en el váter para que se mantenga durante un par de minutos sentado. Si el niño tiene dificultades para permanecer sentado se le puede animar y motivar usando canciones o algún juguete que le guste y que solo se use en esta situación y para este fin determinado. También se puede optar por darle de beber bastante agua media hora antes de llevarle al baño.

– Una buena manera de facilitar esa anticipación es crear rutinas que asocien los momentos de ir al servicio con alguna actividad o costumbre diaria. Por ejemplo, ir al servicio antes de salir de casa, antes de comer, tras levantarse o al llegar a casa.

En los primeros acercamientos del niño al váter, el objetivo no será que haga pipí dentro o lo aprenda todo. En su lugar, nos centraremos en metas más pequeñas hasta que sepa seguir toda la secuencia de pasos relacionados, pueda identificar la sensación de tener ganas de hacer pipí o caca, sea capaz de comunicar su necesidad de ir al baño y logre el completo control de esfínteres. La primera vez, el objetivo puede ser que se mantenga sentado en el inodoro con la ropa puesta, luego sentado con los pantalones bajados y para la siguiente que haga pipí dentro del váter.

– Además, es importante enseñar al niño a pedir ir al baño y facilitar su comunicación si presenta dificultades. Si es verbal, se le puede enseñar a decir la palabra “pis” y si tiene la capacidad de formar frases sencillas, que diga “quiero hacer pis”. En el caso de que el niño no pueda comunicarse verbalmente, se puede recurrir a sistemas aumentativos de la comunicación como el uso de gestos manuales o el intercambio de imágenes. El uso de un método de comunicación frente a otro puede variar según las necesidades de cada niño.

– Por último, se pueden afianzar los pasos como subirse y bajarse los pantalones y la ropa interior, tirar de la cisterna, limpiarse con el papel higiénico o lavarse las manos.

El aprendizaje de la secuencia de acciones que componen la rutina de hacer pis o caca en el inodoro se puede facilitar mediante el uso de apoyos visuales. Por ejemplo, hacer un panel con los pasos a seguir colocados por orden de realización usando fotografías del propio niño o pictogramas. La decisión del tipo de imagen y formato que se va a usar dependerá de la edad y capacidad de comprensión del menor.

En conclusión, hay mucha información, herramientas y pautas que podemos tener en cuenta a la hora de realizar el tránsito del pañal al inodoro. Usar unas u otras dependerá del nivel madurativo y necesidades de cada niño, así como de las posibilidades de los padres. Sin embargo, desde mi punto de vista, lo más importante y aplicable a todos los casos es respetar el proceso natural del niño, ser perseverantes y no desesperarse ya que tarde o temprano el niño lo conseguirá y será un aprendizaje que podrá mantener durante el resto de su vida.

Si tienes cualquier duda sobre el proceso de retirada del pañal, no dudes en contactar con nosotras, estamos especializadas y contamos con un amplio equipo de neuropsicólogas, logopedas y psicólogas infantiles en Almería.

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